martes, 16 de diciembre de 2008

Oscar González Loyo en Los Simpsons



Tiempo ahora para hablar de otro autor que pasó por Simpsons Comics, otra de esas piezas del gran puzzle de Bongo, que pusieron su talento al servicio de la franquicia de Matt Groening. Con todo el respeto del mundo (porque se trata de una labor fabulosa y en absoluto sencilla), digamos que es otro de esos dibujantes de comic cuyo talento para clonar el estilo de los Simpsons y Groening nos alegró las retinas a los fans durante un buen puñado de números.



Óscar González Loyo es un mexicano apasionado del cómic, fundador de ¡Ka-Boom! Studio junto a otros dibujantes mexicanos como Horacio Sandoval (quien también hizo sus pinitos en Bongo; hasta el punto de que Matt Groening considera a ¡Ka-Boom! Studio algo así como la sucursal mexicana de Bongo), que puso sus lápices al servicio de la familia amarilla durante unos cuantos números en 2000 y 2001. Trabajó tanto en los comic-books como en las tiras cómicas de prensa para EEUU y Europa, y puede presumir de haber recibido nada menos que un Premio Eisner, en la Comic-Con de San Diego de 2000, gracias a su trabajo en Treehouse of Horror nº 5.

Óscar es hijo del también dibujante profesional de la Edad de Oro Oscar González Guerrero, recordado principalmente por ser el autor de Hermelinda Linda, la oronda y cómica "Bruja de Bondojito", totalmente desconocida por estos pagos, pero que incluso cuenta con un par de películas psicotrónicas mexicanas que daría un ojo por ver (atentos a estos cortes en Youtube, 1, 2 y 3). Toda la información, en el blog de Óscar padre.



Pero en cuanto al hijo, la obra más personal de Óscar G. Loyo es "Karmatrón y los Transformables" (concebido en 1978, pero no publicado hasta 1986), considerada como la primera novela gráfica mexicana, un proyecto revolucionario del que podéis encontrar muchísima más información de la que quisiérais en su propia Karma-Wiki.

Al margen de estas adorables historietas mexicanas, Óscar G. Loyo se fue especializando, a comienzos del siglo XXI, en poner sus lápices al servicio de franquicias televisivas como Meteoro, los Picapiedra, Gigantor, Tiny Toons y, por supuesto, los Simpsons, entre otras muchas obras para editoriales mexicanas o norteamericanas. Aquí hay un extenso currículo, y aquí una entrevista sobre su trabajo por encargo en los USA.



Y más concretamente respecto a lo que interesa en este blog, encontramos en su propio blog personal una extraordinaria crónica de su paso por Bongo, y montones de fotografías junto a Groening, Will Eisner, Sergio Aragonés, Will Wheaton (de Star Trek: The Next Generation) o incluso Gene Simmons (?¿), líder del grupo KISS y gran aficionado a los tebeos de Bongo (quien, cosas del destino, acabaría también escribiendo historietas para los Simpsons, como pronto veremos).

Óscar González Loyo, otro nombre en letras de oro en el Simpsons Comics' Hall of Fame, claro que sí.

2 comentarios:

Oscar González Loyo dijo...

¡Wuuuawww! Muchas gracias por este artículo, la verdad me quedé asombrado por lo bien que está la info, te lo agradezco mucho y les mando muchos saludos y felicitaciones por las próximas fiestas decembrinas y que el 2010 sea excelente para todos, así como los años que siguen.

¡Saludos desde México!

Lector decepcionado dijo...

http://institutokubert.blogspot.mx/2013/07/top-ten-1-los-maestros-extraterrestres.html

Un poco de iluminancia hacia la figura de Oscar González Loyo.

Es por esas fechas que Óscar tiene también sus primeros contactos extraterrestres, tal y como nos ha narrado Óscar en su programa de radio:

“Fue a los 18 años que ya tomé consciencia de este amigo imaginario, que ya lo vi de otra forma, ya con su forma como es, por ciertas experiencias que platiqué también ya antes, fue a los 18 años.


Al principio daba miedo, porque imagínate que tú estás caminando y de repente ves una sombra que te sigue, o en la cama, por ejemplo, estás tú en la cama, y de repente abres los ojos y lo ves ahí parado ¿no?, o también, cuando, lo que más me pasaba cuando empecé a verlo nuevamente es que iba caminando por la calle, en la noche luego llegaba de la escuela y me venía siguiendo, pero yo veía para atras y no veía nadie, y de repente volteando oía yo los pasos y estaba atrás.


Esas primeras veces si me dio un poco de miedo, pero después ya... era protección, era miedo más que de miedo al maestro era miedo a la sorpresa."


Esta etapa fue un poco difícil para nuestro monero favorito, ya que estas nuevas experiencias ocasionaron, en sus propias palabras, visitas a algunos especialistas:


“...me llevaron con mis primas que eran psicólogos de ahí de la Ibero, de hecho una de mis primas era la directora de la sección de la Ibero ahí en Psicología”.