jueves, 17 de septiembre de 2009

Simpons de Lewis Trondheim



Quién no conoce y adora a estas alturas al francés Lewis Trondheim. Bien sea por su obra más popular (los guiones de La Mazmorra o su delicioso Lapinot, en el cual se ocupa también de la parte gráfica), bien por sus divertimentos menores (Slaloms, las historietas mudas como La mosca, Génesis apocalípticos...) o bien por sus múltiples obras autobiográficas (deliciosos diarios en forma de historieta, honestos hasta decir basta y repletos de anécdotas divertidísimas), adentrarse un poco en la obra de Trondheim le convierte a uno, instantáneamente, en un fan acérrimo y coleccionista de su inmensa producción.

Concretamente, la lectura de Mis circunstancias, su colección de memorias dibujadas más famosa en nuestro país me sumió durante varios días en ese estado de embriaguez que proporciona la exposición a los pequeños placeres secretos que van directos al sistema límbico, como la primera vez que uno ve una película de esas que le acompañan para siempre. Trondheim me parece un autor delicioso, por sus animalitos antropomórficos, su citada honestidad, su sentido del humor blindado y su afrancesadísima sensibilidad (que lo emparentan, al menos en mi cabeza, con un Jean-Pierre Jeunet, un Serge Gainsbourg o un Le Clézio del tebeo).

Y precisamente en la portada de Mis circunstancias, tal y como me ha advertido el amigo Luis Olmedo (que además ha escaneado la portada para mí y creo que ni le di las gracias... ¡gracias!), Trondheim se dibujaba, en versión animalito, ante su escritorio por el que pululan una Lisa y un Homer en miniatura.



Trondheim tiene además un blog historietístico imprescindible, Les petits riens, en el que continúa narrando sus aventuras cotidianas.

3 comentarios:

Deprisa dijo...

Lo cierto es qeu se dan un aire a los de las primeras temporadas.

Fer (Deprisa)

Luis Olmedo dijo...

que grande es este hombre.
Me encanta ese libro.

JuanAnt.Noé dijo...

Trondheim... Que Grande!
No conocía el blog (el de Les petits riens)... desde ahora, visita obligada (como éste).
Un saludete!